¿Por qué a veces no escuchamos un sonido aunque esté ahí?
En audiología trabajamos constantemente con umbrales, tonos y ruidos, pero pocas veces nos detenemos a pensar en cómo un sonido puede hacer “desaparecer” a otro. Este fenómeno, conocido como enmascaramiento auditivo, es una de las bases más importantes de la psicoacústica y explica desde la dificultad de escuchar una conversación en un bar lleno de gente hasta por qué es necesario usar ruido enmascarante en una audiometría.
El enmascaramiento puede ocurrir en frecuencia, en el tiempo e incluso gracias a la intervención del sistema nervioso central. Vamos a verlo de forma clara.
El umbral absoluto de audición: la base de todo
La imagen muestra cómo cambia la sensibilidad auditiva según la frecuencia: escuchamos mejor en la zona del habla (1–5 kHz) y peor en graves y agudos extremos.

Sin embargo:
✔ Este umbral solo es válido en ausencia total de ruido.
En cuanto aparece cualquier sonido adicional, un ventilador, el tráfico, conversaciones lejanas, el umbral se eleva.
✔ La cóclea no trabaja en “vacío”.
La membrana basilar vibra por todo estímulo presente, y esto modifica su respuesta a otros estímulos.
Por eso la audiometría tonal representa una situación idealizada que no se parece a la experiencia diaria del paciente.
Enmascaramiento: cuando un sonido oculta a otro
El enmascaramiento es el fenómeno por el que un sonido (enmascarador) eleva el umbral necesario para oír otro sonido (señal).
Esto puede ocurrir:
- Entre sonidos simultáneos, si comparten energía en el tiempo y frecuencia.
- Entre sonidos separados en el tiempo, como veremos en el apartado de enmascaramiento temporal.
Clínicamente, este fenómeno explica:
- Dificultad para entender el habla en ruido.
- Por qué ciertos sonidos “desaparecen” en pacientes con pérdida auditiva.
- Cómo aplicar correctamente ruido enmascarante en pruebas de conducción ósea.
Enmascaramiento en frecuencia: la influencia del “lugar” donde ocurre el sonido
El sistema auditivo está organizado tonotópicamente: cada región de la cóclea responde preferentemente a unas frecuencias.
Por eso, cuando dos sonidos estimulan regiones cercanas, interfieren entre sí.
A continuación desarrollamos los tipos de enmascaramiento frecuencial.
Ruido blanco como enmascarador
El ruido blanco contiene energía a lo largo de todo el espectro.

- El umbral auditivo sube en prácticamente todas las frecuencias.
- Las frecuencias donde somos más sensibles (en torno a 3 kHz) siguen siendo relativamente las más “fáciles de oír”, aunque el umbral sea más alto.
Aplicación clínica:
El ruido blanco es una herramienta útil para estudiar el enmascaramiento general, pero no es adecuado para audiometría clínica, donde necesitamos enmascarar solo una porción del espectro.
Ruido de banda estrecha: el enmascarador clínico por excelencia
La imagen muestra cómo un ruido centrado en una banda estrecha (por ejemplo, 1.2 kHz) provoca:

- Elevación del umbral solo en frecuencias cercanas.
- Un efecto más preciso, ajustado al tono que queremos enmascarar.
Esto se debe a que el ruido excita principalmente un único filtro auditivo dentro de la cóclea.
Aplicación clínica:
Es el ruido utilizado en audiometría para evitar la participación de la oreja contraria.
Aporta precisión y evita sobreenmascaramiento.
Los enmascaradores graves son más potentes: la asimetría coclear
Los sonidos de baja frecuencia enmascaran más a los sonidos de alta frecuencia que al revés.
Esto ocurre por la biomecánica de la membrana basilar:
- Las frecuencias bajas desplazan una región coclear amplia.
- Las frecuencias altas producen desplazamientos mucho más localizados.
Ejemplo clínico:
Un paciente puede escuchar tonos de 4 kHz en silencio, pero al aparecer ruido grave, motor de un bus, aire acondicionado, deja de percibirlos.
Curvas de enmascaramiento: cómo se deforma el umbral
Las curvas de enmascaramiento muestran cómo cambia el umbral de audición alrededor de la frecuencia del enmascarador.
Conforme aumenta la intensidad del enmascarador:
- La “montaña” de enmascaramiento se hace más alta.
- Se ensancha hacia frecuencias superiores (efecto asimétrico).

En la práctica esto significa:
✔ Un aumento de solo 10 dB en el ruido puede hacer desaparecer sonidos que antes estaban claramente audibles.
Cuando el sonido es complejo: el enmascaramiento se vuelve irregular
En la siguiente imagen se muestra un tono complejo formado por múltiples armónicos.

Este tipo de estímulo produce:
- Múltiples picos de energía a diferentes frecuencias.
- Regiones alternas de mayor o menor enmascaramiento.
Esto explica por qué:
- La música se percibe “apelotonada” en personas con pérdida auditiva.
- Algunos armónicos pueden desaparecer, alterando la calidad del timbre.
Off-Frequency Listening: cuando el cerebro “se escapa” del enmascaramiento
En la imagen que te muestro se ve cómo el oyente puede utilizar un filtro auditivo adyacente para mejorar la detección de la señal.

Esto ocurre porque:
- La cóclea se comporta como un conjunto de filtros en paralelo.
- Si uno de esos filtros está saturado por el enmascarador, el sistema puede “mirar hacia otro lado” para captar la señal.
En pacientes con pérdida auditiva:
Este mecanismo es menos eficaz porque los filtros son más anchos y la selectividad frecuencial se pierde.
Enmascaramiento binaural: la magia de tener dos oídos
En la imagen se presentan diferentes configuraciones de fase para señal y ruido.

El hallazgo más relevante es:
✔ En determinadas configuraciones, el cerebro puede mejorar la detección de la señal hasta en 15 dB.
Esto se llama Binaural Masking Level Difference (BMLD).
Implicaciones clínicas:
- Los pacientes con pérdidas simétricas tienen ventaja en entornos ruidosos gracias a esta capacidad.
- Las pérdidas unilaterales o descompensadas eliminan gran parte de esta habilidad.
- Los audífonos que procesan binauralmente buscan imitar estas ventajas.
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Duración del tono y enmascaramiento: el oído necesita tiempo

✔ Cuanto más corto es un tono, mayor intensidad necesita para ser detectado.
Esto se debe al proceso de integración temporal del sistema auditivo:
El oído “suma” energía durante un breve intervalo para decidir si un sonido está presente.
Consecuencia práctica:
Las consonantes (breves y con poca energía) son las primeras en desaparecer para los pacientes.
Enmascaramiento temporal: sonidos que se enmascaran incluso sin coincidir
Se muestran tres tipos de enmascaramiento temporal:

Premasking:
Un ruido que ocurre antes puede enmascarar un sonido que viene después durante unos milisegundos.
Simultaneous masking:
Es el enmascaramiento clásico, cuando señal y ruido coinciden.
Postmasking:
Un ruido que aparece después puede impedir que detectemos el sonido anterior porque el sistema auditivo sigue procesando el enmascarador.
En la imagen de arriba 0 se observa cómo el enmascaramiento puede durar hasta ~200 ms.
Aplicación clínica:
Los pacientes dicen:
“Si me hablan rápido, pierdo palabras.”
Esto es exactamente postmasking fisiológico exacerbado por su pérdida sensorial.
Comprender el enmascaramiento mejora la práctica clínica
Integrar todos estos fenómenos permite:
- Interpretar mejor el rendimiento del paciente en ruido.
- Ajustar expectativas realistas sobre los audífonos.
- Explicar por qué la amplificación no puede “eliminar” el ruido.
- Diseñar pruebas clínicas más precisas y significativas.
- Comprender la verdadera naturaleza del “oigo pero no entiendo”.